18 mar 2025

El futuro de la conversión de voz a texto

El futuro de la conversión de voz a texto

El futuro de la conversión de voz a texto

El futuro de la conversión de voz a texto

La tecnología de conversión de voz a texto ha evolucionado notablemente en los últimos años, sin embargo, todavía no logra alcanzar una interacción fluida y similar a la humana. Los sistemas de hoy dependen de una combinación de Reconocimiento Automático de Voz (ASR) y Modelos de Lenguaje Grande (LLMs).

La tecnología de conversión de voz a texto ha evolucionado notablemente en los últimos años, sin embargo, todavía no logra alcanzar una interacción fluida y similar a la humana. Los sistemas de hoy dependen de una combinación de Reconocimiento Automático de Voz (ASR) y Modelos de Lenguaje Grande (LLMs).

La tecnología de conversión de voz a texto ha evolucionado notablemente en los últimos años, sin embargo, todavía no logra alcanzar una interacción fluida y similar a la humana. Los sistemas de hoy dependen de una combinación de Reconocimiento Automático de Voz (ASR) y Modelos de Lenguaje Grande (LLMs).

Introducción

La tecnología de conversión de voz a texto ha avanzado mucho, pero en realidad sigue estando más lejos de ser óptima de lo que pensamos. Hoy en día, los sistemas de IA dependen de dos tecnologías distintas para manejar el lenguaje hablado: Reconocimiento Automático de Voz (ASR) y Modelos de Lenguaje Grande (LLMs). El ASR es responsable de convertir el habla en texto, pero no entiende el significado o la intención. Por otro lado, los LLMs procesan texto, extraen significado y generan respuestas, pero dependen de transcripciones precisas para funcionar correctamente. Esta desconexión introduce latencias, problemas de precisión y pérdida de contexto, lo que hace que las conversaciones impulsadas por IA se sientan poco naturales.

El siguiente gran avance en la IA de voz será la integración del ASR y los LLMs en un sistema unificado que pueda transcribir, entender y responder en tiempo real. Sin embargo, se deben abordar varios desafíos antes de que esto se convierta en una realidad.

Cómo funciona hoy la conversión de voz a texto

La tecnología de voz AI actual sigue un proceso de tres pasos. Primero, herramientas de ASR como Whisper, AssemblyAI o Deepgram transcriben las palabras habladas en texto. En segundo lugar, el texto transcrito se envía a un LLM, como GPT-4, para procesar el significado y generar una respuesta. Si bien este sistema permite que la IA interactúe con el lenguaje hablado, es ineficiente debido a los retrasos, la falta de razonamiento en el ASR y su dependencia de la precisión de las transcripciones, entre una variedad de otras desventajas.

Las desventajas del enfoque actual

La principal limitación de la tecnología de voz AI de hoy es que el ASR y los LLMs operan de forma aislada en lugar de como un sistema integrado. El ASR es puramente transcripcional y no entiende el significado detrás de las palabras, mientras que los LLMs dependen de la precisión del ASR pero no tienen acceso a conocimientos más profundos a nivel de habla. Además, el ASR no se corrige a sí mismo en tiempo real, lo que significa que cualquier error de transcripción se transmite al LLM, que luego puede generar respuestas incorrectas.

Más allá de esta desconexión fundamental, la IA de voz enfrenta otros desafíos. La latencia sigue siendo un problema importante, ya que la IA no procesa el habla a medida que se produce, sino que espera la transcripción completa antes de generar una respuesta, introduciendo retrasos poco naturales en la conversación. Por ejemplo, un caso reportado mostró que después de integrar LiteLLM en un flujo de trabajo de ASR, la latencia promedio aumentó aproximadamente 40 milisegundos, pasando de 180 ms a 220 ms (GitHub). Esto puede no parecer mucho, pero en interacciones en vivo, pequeños retrasos se acumulan, haciendo que las respuestas de la IA se sientan lentas. Además, los LLMs utilizan decodificación autorregresiva, lo que significa que generan texto token por token, lo que agrega más tiempo a la respuesta y dificulta la interacción de voz en tiempo real (arXiv). Dado que los datos de voz son más exigentes computacionalmente que el texto, procesarlos de manera eficiente requiere recursos computacionales significativos, contribuyendo aún más a la latencia (Gladia).

La pérdida de contexto es otra limitación importante, ya que el ASR no retiene memoria de oraciones anteriores, y los LLMs no pueden ajustar sus respuestas en función de nuevos inputs como lo hacen los humanos. El resultado es una IA que no "escucha" realmente en tiempo real, sino que procesa el habla en fragmentos aislados, haciendo que las interacciones se sientan robóticas en lugar de fluidas. Esta brecha entre el reconocimiento y la comprensión significa que la IA todavía tiene problemas con tareas que requieren interacción dinámica y continua, como el servicio al cliente en vivo, traducciones en tiempo real, o asistentes de voz que necesitan seguir conversaciones de múltiples turnos. Hasta que el ASR y los LLMs estén totalmente integrados en un único sistema que procese el habla de manera dinámica, las interacciones de voz impulsadas por IA seguirán siendo ineficientes y poco naturales.

El futuro: Uniendo ASR y LLMs

La próxima evolución en la tecnología de voz de IA implicará la integración del ASR y los LLMs en un solo sistema que pueda escuchar, entender y responder sin retrasos. En lugar de que el ASR transcriba primero y luego pase el texto a un LLM, los futuros modelos de IA procesarán el habla y el significado simultáneamente, permitiendo una interacción mucho más natural.

Un sistema combinado permitiría una latencia más baja al procesar el habla a medida que se habla, en lugar de esperar a que se completen las oraciones antes de generar una respuesta. La conciencia de contexto mejoraría drásticamente, ya que la IA podría seguir conversaciones enteras en lugar de solo frases aisladas. Este avance también haría posible la traducción en tiempo real, permitiendo que la IA traduzca y responda instantáneamente en múltiples idiomas. Además, la precisión mejoraría a medida que la IA pudiera corregir errores de transcripción basándose en la comprensión contextual, asegurando respuestas más fiables. Con estas mejoras, las conversaciones impulsadas por IA se sentirían más naturales y humanas, eliminando las pausas incómodas y los malentendidos que existen hoy en día.

¿Por qué aún no ha sucedido?

A pesar de su potencial, la integración del ASR y los LLMs aún no se ha realizado por completo debido a varios desafíos técnicos. Uno de los mayores obstáculos es la complejidad del procesamiento del habla en comparación con el texto o las imágenes. El texto y las imágenes son estáticos, lo que significa que la IA puede analizarlos como entradas fijas. Sin embargo, el habla es dinámica y está en constante evolución. Varía en tono, acento y ruido de fondo, lo que requiere ajustes continuos. A diferencia del OCR, que extrae texto de una imagen en un solo paso, el ASR debe procesar audio cambiante en tiempo real mientras tiene en cuenta interrupciones y correcciones a mitad de frase.

Otro gran desafío es la latencia en tiempo real. Los LLMs no están optimizados para la entrada de transmisión continua; generan respuestas token por token basándose en una entrada de texto fija. Esto significa que no pueden ajustar su salida a medida que reciben nuevos datos de voz. Los modelos de ASR como Whisper ya tardan de 300 a 500 milisegundos por oración para procesar, pero los LLMs requieren tiempo adicional para analizar y generar una respuesta. Esto resulta en un retraso de uno a dos segundos, haciendo que las conversaciones de IA se sientan lentas e ineficaces. Los humanos no esperan a escuchar una oración completa antes de entender su significado, por lo que para que la IA logre una conversación en tiempo real, debe ser capaz de procesar el habla de manera continua, y no en fragmentos aislados.

Más allá de la latencia, los costos computacionales siguen siendo una barrera significativa. Ejecutar ASR y LLMs en paralelo requiere una potencia de procesamiento masiva, lo que hace que el despliegue práctico en tiempo real a gran escala sea impracticable. Whisper y otros modelos de ASR ya son costosos de ejecutar en GPU, y fusionar el ASR y los LLMs en un solo sistema requeriría una eficiencia computacional aún mayor. Hasta que los modelos de IA puedan procesar el habla con costos de hardware más bajos, la integración completa seguirá estando fuera de alcance para la mayoría de las aplicaciones.

¿Hacia dónde nos dirigimos?

A corto plazo, el ASR y los LLMs seguirán trabajando juntos como sistemas separados, mejorando de manera incremental en precisión y velocidad. Sin embargo, a medida que la investigación en IA avanza, los modelos se optimizarán mejor para el procesamiento de voz en tiempo real, reduciendo significativamente la latencia. Eventualmente, la IA será capaz de transcribir, analizar, traducir y responder instantáneamente en un solo proceso continuo, muy similar a cómo los humanos participan en la conversación.

El principal desafío hoy no es la viabilidad tecnológica, sino la optimización. A medida que los modelos de IA se vuelvan más eficientes, rápidos y mejores en manejar el contexto de la voz, la brecha entre el reconocimiento y la comprensión se cerrará. Cuando eso suceda, la conversión de voz a texto ya no se sentirá como un proceso paso a paso, sino como un intercambio fluido y natural de ideas entre humanos y IA. Aunque aún no hemos llegado allí, el futuro de la IA de voz está más cerca que nunca.

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